Andrés López, durante la época en que se desempeñaba como guardia del sector puerto de la ciudad de Valparaíso, comenzó a desarrollar su afición de coleccionista de billetes, gracias al contacto que le proporcionó su profesión, con los marineros extranjeros que estado de paso, descendía a tierra.
Así por medio de la compra, permuta y de donaciones fue acumulando una increíble colección, tanto de billetes nacionales, como de los cuatro continentes, alguno de ellos verdaderos tesoros históricos, ya sea por su data o por los acontecimientos y personajes históricos hacia quienes están relacionados.
Con las variadas muestras que hizo de dicha colección, surgió inmediatamente el interés por parte del público, lo cual le ha valido que le hayan realizado variados reportajes y entrevistas tanto en la prensa escrita, las radio emisoras y la televisión.
Igual efecto, ha tenido sobre estos, su muy interesante colección de correspondencia comercial entre Chile y Bolivia, la cual tiene la importancia, de remontarse ella a un par de años antes de la guerra del Pacífico (1879) y que nos da una visión aun desconocida de parte de nuestra historia.
Igual fama, le ha valido la calidad y belleza de su labor artesana, ya que en ellas se denota una pasión por el tema porteño, expresado preferentemente en sus conocidas réplicas en madera de los ascensores porteños, los cuales son exhibidos para la venta, todos los días domingo, en la Feria de Antigüedades de la Plaza O´higgins de Valparaíso.
Así por medio de la compra, permuta y de donaciones fue acumulando una increíble colección, tanto de billetes nacionales, como de los cuatro continentes, alguno de ellos verdaderos tesoros históricos, ya sea por su data o por los acontecimientos y personajes históricos hacia quienes están relacionados.
Con las variadas muestras que hizo de dicha colección, surgió inmediatamente el interés por parte del público, lo cual le ha valido que le hayan realizado variados reportajes y entrevistas tanto en la prensa escrita, las radio emisoras y la televisión.
Igual efecto, ha tenido sobre estos, su muy interesante colección de correspondencia comercial entre Chile y Bolivia, la cual tiene la importancia, de remontarse ella a un par de años antes de la guerra del Pacífico (1879) y que nos da una visión aun desconocida de parte de nuestra historia.
Igual fama, le ha valido la calidad y belleza de su labor artesana, ya que en ellas se denota una pasión por el tema porteño, expresado preferentemente en sus conocidas réplicas en madera de los ascensores porteños, los cuales son exhibidos para la venta, todos los días domingo, en la Feria de Antigüedades de la Plaza O´higgins de Valparaíso.
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